Sistemas alimentarios son alternativa para sostenibilidad

Los sistemas alimentarios actuales enfrentan una dura realidad: no logran ofrecer dietas saludables para todas las personas. Este desafío global demanda acciones que aborden de manera integral los sistemas de agricultura, alimentación, salud y medio ambiente, así como reducir el costo de los alimentos nutritivos y aumentar la accesibilidad a una alimentación saludable.

 

Si se transforman estos sistemas, pueden convertirse en una fuerza catalizadora poderosa para poner fin al hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición en todas sus formas.

 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) han reconocido la urgencia de abordar esta problemática. Ambas organizaciones promueven la aplicación de un paquete de medidas relativas a los sistemas alimentarios.

 

Estas medidas, diseñadas en colaboración con expertos de todo el mundo, buscan cambiar las reglas de juego, complementarse entre sí y enfocarse en mejorar la calidad nutricional de los alimentos a lo largo de toda la cadena de suministro, así como en crear entornos alimentarios más saludables.

 

Los Modelos Alimentarios de Biocapacidad Orgánica (MABO) y las Medidas Ambientales para la Zona Orgánica (MAZO) emergen como soluciones prometedoras para garantizar la seguridad alimentaria a nivel mundial.

 

Los MABO, inspirados en principios de agroecología y permacultura, promueven la integración de prácticas orgánicas, biodiversidad y respeto por los ciclos naturales. Estos modelos no solo buscan aumentar la producción de alimentos de manera sostenible, sino también mejorar la salud del suelo, conservar la biodiversidad y reducir la huella ambiental.

 

Las MAZO complementan los esfuerzos de los MABO al promover medidas específicas destinadas a la protección y restauración de las zonas orgánicas. Desde la implementación de prácticas de conservación del suelo y del agua hasta la promoción de sistemas de producción agroforestal, las MAZO buscan mitigar los impactos negativos de la agricultura intensiva y fomentar la resiliencia de los ecosistemas.

 

La combinación de MABO y MAZO ofrece una alternativa viable para mejorar la sostenibilidad de nuestros sistemas alimentarios. Al priorizar la regeneración sobre la explotación y la colaboración sobre la competencia, estos modelos invitan a repensar nuestra relación con la tierra y los recursos que sustentan nuestras vidas.

 

Ambos sistemas encarnan una visión esperanzadora para un futuro donde la agricultura y la alimentación sean fuerzas de regeneración y resiliencia. Su implementación requiere un compromiso colectivo y políticas que favorezcan la transición hacia modelos más sostenibles y equitativos. Es hora de apostar por sistemas alimentarios que nutran tanto a las personas como al planeta que habitamos.

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