El cambio climático es una realidad que no podemos ignorar. El aumento de las temperaturas y los fenómenos climáticos extremos están afectando nuestro planeta de maneras que van más allá de lo evidente. Entre las preocupaciones más apremiantes se encuentra la estrecha relación entre el cambio climático y el surgimiento de nuevas enfermedades infecciosas en todo el mundo.
El calentamiento global está provocando transformaciones en los ecosistemas, y muchos organismos, incluyendo insectos, bacterias, hongos y algas, están adaptándose a las nuevas condiciones climáticas. Esto ha llevado a un incremento de enfermedades infecciosas transmitidas por vectores como garrapatas, mosquitos y pulgas, que ahora permanecen activos durante períodos más largos debido a los inviernos más cálidos y las estaciones más suaves.
La deforestación, la minería, la agricultura y la expansión humana han llevado a la destrucción de hábitats naturales y una alarmante pérdida de biodiversidad. Esto genera un proceso de extinción de especies que a su vez crea nuevos focos de enfermedades e infecciones que se propagan a los seres humanos.
Uno de los ejemplos más preocupantes es el avance de la gripe aviar, que se está propagando con mayor facilidad entre animales salvajes debido a la alteración de su hábitat. El aumento del nivel del mar está forzando a las aves a migrar hacia el interior del territorio, aumentando la probabilidad de interacciones con otras especies y potencialmente abriendo la puerta para que la enfermedad se transmita a los humanos en el futuro.
Según la sexta comunicación de México sobre el cambio climático ante Naciones Unidas, se prevé una reducción de enfermedades respiratorias pero un aumento de hasta un 47 por ciento en las ocasionadas por golpes de calor, así como un incremento en las enfermedades transmitidas por vectores, como el dengue y la enfermedad de Chagas.
El dengue es uno de los casos más evidentes de cómo la humedad, la lluvia y la altitud están asociados con el aumento de los casos de esta enfermedad. La elevación de la temperatura superficial del mar ha sido vinculada con un mayor número de casos de dengue, incluso semanas después de producirse.
Expertos del Instituto Nacional de Salud Pública de México han alertado sobre el impacto del cambio climático en la salud de las personas. En un escenario de incremento de temperatura de cinco grados, se espera un aumento significativo de enfermedades cardiovasculares relacionadas con golpes de calor y la contaminación atmosférica, especialmente entre adultos mayores.
El cambio climático también está afectando la dispersión de polen, lo que puede provocar más crisis en personas asmáticas. Asimismo, los vectores de enfermedades, como insectos, parásitos y virus, están siendo afectados por las variables climáticas, lo que podría llevar a un incremento en enfermedades como el dengue, zika, chikunguya, fiebre del Nilo y enfermedad de Lyme.
Es evidente que el cambio climático no solo tiene consecuencias en el medio ambiente, sino que también representa una seria amenaza para la salud pública a nivel mundial. Para mitigar estos impactos, es urgente tomar medidas efectivas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y preservar los ecosistemas naturales. Solo así podremos proteger nuestra salud y el bienestar del planeta para las futuras generaciones.
