El impacto ambiental de la moda: caminos hacia un futuro sostenible

La industria de la moda es una de las principales responsables de problemas ambientales a nivel global. Representa el 10 % de las emisiones de carbono anuales y el 20 % de la contaminación por aguas residuales industriales. Adicionalmente, el 85 % de los textiles producidos se destinan a vertederos cada año. Esta considerable huella ambiental resalta la necesidad urgente de una reestructuración de los patrones de producción y consumo en el sector.

 

La producción de ropa emite 1.200 millones de toneladas de dióxido de carbono anualmente, equivalente al 3 % de las emisiones globales de CO2, con proyecciones que indican un posible incremento a más del 10 % para 2050. Este problema se ha intensificado con el modelo de moda rápida, que ha duplicado la producción textil desde el año 2000 y ha generado un aumento en los desechos.

 

En ese sentido, destacan diversas encuestas que apuntan a que más del 55 % de los residuos textiles acaban en vertederos, lo que incrementa las emisiones de gases de efecto invernadero.

 

Además, los productos químicos empleados en la tintura y tratamiento de telas no solo contaminan el medioambiente, sino que también pueden afectar la salud humana. Los materiales sintéticos no biodegradables, como el poliéster, se acumulan en los océanos, dañando los ecosistemas marinos. El sector agrícola también se ve afectado, ya que el uso de pesticidas y herbicidas degrada la fertilidad del suelo y la biodiversidad, impactando negativamente la productividad de los cultivos.

 

Impacto de la industria textil en la disponibilidad de recursos

La industria textil consume 93 mil millones de metros cúbicos de agua, reduciendo casi un 7 % el suministro global de agua potable y aguas subterráneas.

 

El desierto de Atacama en Chile ha llegado a simbolizar este problema al acumular artículos de moda desechados, formando lo que se conoce como el “Gran Parche de Basura de la Moda”. Ghana enfrenta una situación similar, con aproximadamente el 60 % de sus vertederos llenos de ropa desechada, lo que contribuye a la emisión de metano y a una considerable contaminación.

 

Marcas encienden luz de esperanza para el planeta

A pesar de estos retos, se observan avances positivos hacia la sostenibilidad. Varias empresas están adoptando prácticas para reducir el impacto ambiental. Fabindia, una empresa india de moda, implementa la técnica tradicional Gudri para reutilizar restos de tela en la fabricación de nueva ropa.

 

El Khadi Gramodyog, respaldado por el gobierno indio, fomenta el uso de telas biodegradables como el khadi, menos dañinas que los materiales sintéticos. En México, emprendedores han desarrollado ‘Desserto’, un cuero orgánico a base de nopales que evita el uso de productos químicos tóxicos y proporciona una alternativa sostenible al cuero convencional.

 

El modelo de moda circular se perfila como una solución clave al enfatizar la reducción de desechos mediante el reciclaje, la reutilización y la moda como servicio. Se están realizando innovaciones en los procesos de tintura y estampado para minimizar el impacto químico ambiental. Servicios de alquiler de ropa, como H&M Take Care y Wardrobes On Rent, presentan alternativas a la propiedad, disminuyendo la necesidad de producción de nuevos artículos.

 

La conciencia del consumidor desempeña un papel fundamental en la promoción de estos cambios. Optar por la compra consciente—priorizando prendas de alta calidad y atemporales sobre las tendencias pasajeras—puede reducir significativamente el impacto ambiental. Es esencial educar a los consumidores sobre las ventajas de las marcas sostenibles, las fibras naturales y los alquileres de moda para fomentar prácticas de compra más responsables.

 

Aunque la recuperación económica de la industria de la moda tras la COVID-19 es evidente, también destaca los desafíos ambientales que persisten. Enfrentar estos problemas mediante prácticas sostenibles y una mayor conciencia del consumidor es crucial para reducir la huella ecológica del sector. Encontrar un equilibrio entre el estilo y la responsabilidad puede asegurar que la moda contribuya positivamente al medioambiente y preserve la belleza de nuestro planeta para las generaciones futuras.

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