Los esfuerzos para contrarrestar los efectos del cambio climático son cada vez mayores. Y no es para menos, ya que se trata de una emergencia cuyos efectos negativos son cada vez más visibles. Por ello, se le debe dar la mayor prioridad posible.
Afortunadamente, organizaciones como el Banco Mundial han tomado conciencia de ello. Y por esta razón, han destinado 31 700 millones de dólares para inversiones relacionadas con el clima. Se trata de una suma económica sin precedentes que abarca el 36% del financiamiento total, y supera la meta de cobeneficios establecidos en el Plan de Acción sobre el Cambio Climático 2021-2025.
Enfoque y acciones tomadas
Dicho plan elaborado por el Banco Mundial, el cual ya está dando resultados, se enfoca en el compromiso de ayudar a los países en vías de desarrollo a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero y ser más resilientes frente a los impactos climáticos, sin dejar de satisfacer sus necesidades básicas de desarrollo.
Dentro de las acciones que abarca este plan, encontramos un importante impulso al financiamiento climático en términos generales. Ejemplo de ello es la ya mencionada inversión de 31,700 millones de dólares. Se trata de un importante aumento del 19% en comparación con los 26,600 millones que se destinaron en el ejercicio anterior.
Otro esfuerzo destacado de esta acción emprendida, se refleja en las innovaciones analíticas desarrolladas para establecer prioridades en cuanto a desarrollo y cambio climático. A través de informes sobre el clima y el desarrollo, se analiza de qué manera los países en vías de desarrollo pueden alcanzar los objetivos relacionados con el medio ambiente y, al mismo tiempo, controlar y adaptarse a los efectos del cambio climático.
Resultados del financiamiento
Con inversiones como la mencionada, es posible obtener resultados igual o más importantes. Gracias a esto, regiones como el norte de Nigeria pueden lograr una mayor resiliencia y adaptabilidad a las condiciones de las tierras secas, mediante una gestión sostenible del paisaje que prioriza la inversión en acciones que permitan frenar la desertificación y respaldar los medios de subsistencia basados en recursos naturales.
De igual manera, países como India reciben respaldo a sus esfuerzos por lanzar al mercado bonos verdes soberanos que permitan ecologizar su economía. Otros, como Rumania y Tailandia, pueden concretar inversiones para preservar y ampliar el acceso al agua potable, así como proteger los océanos y los cursos de agua y reducir las emisiones de carbono.