Existen tres claves establecidas por la Organización Mundial del Turismo (OMT), para garantizar que el turismo pueda ser sustentable y sostenible: la optimización de los recursos medioambientales, la autenticidad de la cultura local y la generación de un equilibrio en la distribución de los beneficios socioeconómicos.
En México según datos del INEGI, el Producto Interno Bruto (PIB) del sector turístico aportó 7.5 % del PIB nacional en 2021 contra un 6.8 por ciento en el 2020. Un porcentaje que se puede incrementar si se implementa una correcta estrategia, en este caso una que mejore la experiencia de los visitantes obligándolos a gastar más e incluso a regresar al mismo destino.
Hoy reconocemos al turismo como uno de los motores de crecimiento más prometedores de la economía mundial y la clave para impulsar las tendencias definitorias de la transición hacia una economía verde. Esto México lo sabe hacer bien, pero se puede hacer mejor.
Actualmente tenemos sitios turísticos que han logrado destacar por sus prácticas ecológicas como Huatulco, Ixtapa, Loreto y Bahía de Banderas. Contamos con los parques Xcaret y Xel-Há que tienen la certificación EarthCheck por sus prácticas de preservación del medio ambiente.
Las opciones se van ampliando cada vez más con los hoteles sustentables que han aparecido a lo largo del territorio mexicano, pero será muy importante que estos hoteles estén apoyados por el ecosistema que los rodea.
Es necesario que los locales que rodean estos hoteles comprendan la importancia de sus tiendas, restaurantes y cafeterías, ya que a más oferta de productos y servicios más demanda turística tendrán estos lugares.
Necesitamos urgentemente buscar, encontrar y aplicar soluciones para hacer del turismo una industria con bajas emisiones de carbono y bajo impacto. El sector debe centrarse en probar nuevas tecnologías y llevarlas a escala. Debe tratar de aumentar la eficiencia energética y el uso de energías renovables, y reducir los residuos y la demanda de recursos naturales.
Es importante mejorar la infraestructura para que dentro de los destinos sustentables se puedan aprovechar transportes como las bicicletas, los famosos “scooters” y otros medios con baja o nula emisiones de CO2.
El uso de la bicicleta aumentará aún más en los próximos años gracias a dos innovaciones recientes; los sistemas de bicicletas compartidas que no dejan de avanzar tecnológicamente y las bicicletas eléctricas (E-bikes). Las bicicletas eléctricas ofrecen una alternativa más competitiva al coche privado y son más rápidas que las bicicletas mecánicas, lo que facilita el uso de la bicicleta en distancias más largas.
También es primordial mejorar nuestra infraestructura en telecomunicaciones, no podemos claudicar en la implementación homogenea del 5G. Alrededor del 90% de los viajeros afirma utilizar el móvil cuando está de vacaciones y más de un tercio de los viajeros del mundo utiliza su dispositivo móvil más mientras viaja que cuando está en casa.
A nivel práctico, los viajeros necesitan cada vez más información sobre su entorno para orientarse y sentirse en control. A nadie le gusta perderse y con el uso generalizado del teléfono inteligente y otros dispositivos, los viajeros pueden acceder a información sobre la marcha.
Por último, es muy importante crecer en conocimiento y formas de comunicación. Ya no es suficiente contratar personas preparadas que estén a cargo de otorgar los servicios, hay que tenerlos en constante capacitación y cercanos a los locales y su cultura. Pero no solo a un trabajador, también un visitante debe entender que el turismo sostenible requiere una perspectiva diferente de vacaciones.